ETAPA 26ª FINAL -SANTIAGO VISITA AL APOSTOL -21-04-99
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Por otra parte, también nos ilusionaba el reencuentro con los nuestros ha quienes reacordábamos por su enorme paciencia y comprensión hacia estos “locos peregrinos”.
Con la extraña sensación de “madrugar” a las 8,30 AM, nos levantábamos con unas enormes ganas de meter todo en las mochilas e ir a ver al Apóstol.
Abandonamos el hostal (Capital-Galicia), con una sonrisa en los labios por la amabilidad de su simpático “hospitalero”, y, tras atravesar la PLAZA DEL OBRADOIRO, llegamos a la Oficina del Peregrino. Allí recogimos la ansiada “COMPOSTELA” que tantos sudores nos costo, pero lo mejor estaba aun por llegar.
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a última noche del camino fue diferente a las demás por muchos motivos. Tas cenar en un típico bar gallego comentando muchas de las curiosas situaciones del recorrido, nos fuimos al hostal, a dormir. Desde el punto de vista práctico o material, la principal diferencia a las demás noches, radicaba en que por fin dormíamos en una cama de “planta baja”, con sus sábanas, almohadas, mantas, etc. en perfectas condiciones ¡Cómo en casa! Pero lo que menos nos importaba a los tres era eso. En nuestros pensamientos se agolparon los momentos vividos juntos. Momentos de tres personas que apenas se conocían y, que en apenas un mes, compartimos una experiencia que nunca olvidaremos. Una combinación de sensaciones agridulces que quedaran para el recuerdo.
Por otra parte, también nos ilusionaba el reencuentro con los nuestros ha quienes reacordábamos por su enorme paciencia y comprensión hacia estos “locos peregrinos”.
Con la extraña sensación de “madrugar” a las 8,30 AM, nos levantábamos con unas enormes ganas de meter todo en las mochilas e ir a ver al Apóstol.
Abandonamos el hostal (Capital-Galicia), con una sonrisa en los labios por la amabilidad de su simpático “hospitalero”, y, tras atravesar la PLAZA DEL OBRADOIRO, llegamos a la Oficina del Peregrino. Allí recogimos la ansiada “COMPOSTELA” que tantos sudores nos costo, pero lo mejor estaba aun por llegar.
Al final nuestro camino llego a su recta final, cuando cruzamos bajo el “Santiago Peregrino”, atravesando la PUERTA SANTA, Nuevas sensaciones otra vez a flor de piel. Cumplimos lo ritos de la colocación de la mano bajo la imagen de Santiago, así como de los cabezazos en el lado opuesto. Pero el abrazo al Apóstol fue algo inolvidable. Con una sucesión de peticiones y deseos tanto propios como de amigos y familiares agradeciendo, sobre todo, el poder estar allí para realizarlos.
Mas tarde daba comienzo una solemne “Misa del Peregrino”, con momentos de gran intensidad y emoción, donde el peregrino, sea cual fuere el motivo de su peregrinación, sentía esa emoción, interior que dice que da SANTIAGO.
Después, tras las lógicas fotos a las puertas de la Catedral, nos encaminamos a la estación, en busca ya, del tren de regreso a casa
El Camino de Santiago había terminado."Cada peregrino es una historia y cada historia
enriquece el Camino y lo hace mágico"
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