CAMINO DE SANTIAGO-XACABEO 99-ETAPA 19ª

ETAPA 19ª VILLAFRANCA DEL BIERZO-O CEBREIRO, 27,8 KM -14-04-99
El día anterior el “maître” Antonio nos volvió a deleitar con unos tallarines “carbonara” acompañados de “pipirrana”, que hizo las delicias de todos, incluidos nuestros amigos madrileños, y el matrimonio de Brasil y hasta el “sir” ingles no podía contener la emoción de probar semejante manjar.
La etapa de ese día se puede definir como la más dura físicamente, de las hechas hasta entonces.
Nada mas salir de Villafranca del Bierzo, nos encontramos con una fuerte subida que transcurrió por la Sierra de Ancares, donde el desayuno tomado minutos antes, desapareció como por arte de magia, una vez que llegamos arriba.
Por miedo a enfriarnos por el sudor, apenas descansamos, empezando a bajar poco a poco.
Una vez abajo, nos encontramos con TROBADELO, donde volvimos a coger fuerzas en forma de alimento, ya que lo peor, todavía estaba por llegar.
Tras la breve pausa, enfilamos la N-VI, donde el paso de coches y camiones, nos obligaban a extremar las precauciones. Pasamos por loPs pueblos de PORTELLA DE VALCARCE, AMBASMESTAS (donde conocimos al hermano gemelo del pato que tenia Fran) y mas tarde llegamos a VEGA DE VALCARCE, antesala de la subida final.
Con la indicación de la FABA, iniciamos la temida ascensión.con tramos de todo tipo estrechos y anchos unos con piedra y otros con barro, pero menos mal que nuestras piernas ya estaban muy curtidas. A medida que íbamos subiendo el paisaje se iba convirtiendo de una gran belleza, llegamos a pueblos como LAS HERRERIAS con claras influencias gallegas.
Un mojón kilométrico con el guarismo 152,5 indica los kilómetros que faltan para Santiago y a su vez que el camino se despide de la provincia con más kilómetros de recorrido del Camino Frances y que por fin pisamos Galicia y, en concreto Lugo
Mas tarde otro mas grande nos indicaba que estábamos en Galicia, quedaba poco para O CEBREIRO.
Un kilómetro más tarde llegábamos al final. Nos alojamos en un bonito y gran albergue, atendido por una simpática señora francesa. Nos tocaba cambiarnos de ropa pues la lluvia caída nos calo hasta lo mas intimo. Gracias a los radiadores del albergue pudimos secarla. Hasta mañana