
Después de pasar una de las mejores noches del camino, nos levantamos a las 6:00 en punto, (Vicente es el mejor despertador).
Con la luna como única linterna salimos a cumplir con el itinerario fijado.
La primera parada estaba prevista hacerla en el pueblo de MONTANA donde íbamos a almorzar. No fue así. El único bar era el de la piscina y como siempre, estaba cerrado.
Los nervios empezaron a aflorar, especialmente en el estomago de Antonio, que empezó a pedirle desesperadamente las tres galletas recubiertas de chocolate que le habían sobrado del desayuno. Los ojos se le llenaron de ira e indignación cuando Fran y yo le dijimos que habían desaparecido.

La salida desde este pueblo se presentaba dura, con una fuerte subida y un terreno muy pedregoso hacia el “Alto de Mostelares” donde disfrutamos de unas magnificas vistas de Castrojeriz y su comarca. .Todo quedo olvidado cuando llegamos a la fuente del Piojo, donde pudimos descansar y refréscanos de nuevo. En este punto ya estábamos cerca del límite con la provincia de Palencia.

Por lo demás, el camino se hizo bastante llevadero hasta el destino final de la etapa ITERO DE LA VEGA, situada en la orilla del río Pisuerga y al sudeste de la capital de Palencia, donde en aquella época nos encontramos con un albergue “bastante lamentable”.

No hay comentarios :
Publicar un comentario